Cómo construir un muro de cimentación de hormigón sin mortero

Planificación y preparación del sitio

La construcción de un muro de cimentación de hormigón sin mortero, también conocido como muro de apilamiento en seco, es una solución robusta y accesible para proyectos de jardinería, muros de contención de baja altura o cimientos para pequeñas estructuras como cobertizos. La clave del éxito reside en una planificación meticulosa y una preparación exhaustiva del terreno. Un cimiento débil o mal nivelado comprometerá la integridad de toda la estructura, sin importar cuán bien se coloquen las hileras superiores.

Diseño y cálculo de materiales

Antes de mover un solo gramo de tierra, es fundamental tener un diseño claro. Determina la longitud y la altura final del muro. Para muros de contención, una regla general es que la base del muro tenga un ancho de al menos la mitad de la altura del muro. Mide las dimensiones de los bloques de hormigón (CMU - Concrete Masonry Unit) que planeas usar. Con estas medidas, puedes calcular la cantidad de bloques necesarios. Por ejemplo, si tu muro medirá 10 metros de largo y 0.8 metros de alto, y cada bloque mide 0.4 metros de largo por 0.2 metros de alto, necesitarás (10 / 0.4) = 25 bloques por hilada y (0.8 / 0.2) = 4 hiladas. En total, unos 100 bloques, a los que siempre es recomendable añadir un 5-10% extra para cortes y posibles roturas.

Considera también el material para la base. Necesitarás grava triturada o piedra machacada de unos 20 mm de diámetro para crear una base de drenaje estable. La cantidad dependerá del largo y ancho de la zanja, con una profundidad de al menos 10-15 cm.

Preparación de la zanja de cimentación

La zanja es el cimiento de tu muro. Su correcta ejecución es, quizás, el paso más crítico de todo el proceso.

  • Marcado: Usa estacas y una línea de albañil para marcar el contorno exacto del muro. Asegúrate de que las líneas estén rectas y las esquinas en el ángulo correcto (normalmente 90 grados).
  • Excavación: Excava la zanja a una profundidad que sea, como mínimo, la mitad de la altura del primer bloque más 10-15 cm para la base de grava. El ancho debe ser aproximadamente el doble del ancho del bloque para tener espacio para trabajar y para el relleno de drenaje.
  • Nivelación y compactación: El fondo de la zanja debe estar perfectamente nivelado y compactado. Usa un pisón manual para compactar la tierra y eliminar cualquier punto blando. Un fondo irregular se traducirá en un muro inestable.
  • Base de grava: Rellena la zanja con la capa de 10-15 cm de grava. Extiéndela de manera uniforme y compáctala vigorosamente con el pisón manual. Vuelve a comprobar el nivel en toda la longitud de la zanja. Este lecho de grava no solo proporciona una base sólida, sino que también es fundamental para el drenaje, evitando que el agua se acumule y desestabilice el muro.

Construcción de la base y la primera hilada

La primera hilada de bloques es la que define la alineación y estabilidad de todo el muro. Dedícale todo el tiempo y la paciencia necesarios, ya que corregir errores en esta fase es mucho más fácil que en las hileras superiores.

La importancia de la primera hilada

Cada bloque de la primera hilada debe estar perfectamente nivelado en ambas direcciones (de lado a lado y de adelante hacia atrás) y alineado con el resto. Un pequeño desnivel de un milímetro en la base puede convertirse en varios centímetros en la parte superior del muro. Utiliza un nivel de burbuja largo (de al menos 120 cm) para verificar la nivelación a lo largo de varios bloques a la vez.

Colocación de los bloques de la base

Coloca el primer bloque en una esquina o extremo de la zanja, sobre la base de grava compactada. Usa un mazo de goma para asentarlo firmemente, golpeando suavemente hasta que el nivel de burbuja indique que está perfectamente plano. Coloca el siguiente bloque junto al primero, asegurándote de que sus caras estén en contacto y al mismo nivel. Repite el proceso, verificando constantemente con el nivel largo. No tengas prisa. Un pequeño ajuste con el mazo o añadiendo o quitando un poco de grava bajo un bloque puede marcar la diferencia. Una vez que toda la primera hilada esté colocada y nivelada, rellena el espacio delante y detrás de los bloques con más grava para bloquearlos en su posición.

Apilamiento de las hileras superiores

Con una base sólida y nivelada, apilar las hileras superiores es un proceso mucho más rápido y sencillo. La técnica clave aquí es el trabado de las juntas para distribuir las cargas de manera uniforme.

Técnica de apilado en seco

Los bloques deben colocarse en un patrón de aparejo corrido (o running bond), similar al de una pared de ladrillos. Esto significa que cada bloque de una hilada superior debe asentarse sobre dos bloques de la hilada inferior, con la junta vertical centrada sobre el bloque de abajo. Este patrón entrelazado proporciona una resistencia estructural inmensa. Simplemente coloca los bloques en su posición, asegurándote de que queden bien ajustados. Es posible que necesites cortar bloques a la mitad para terminar las hileras. Para ello, puedes usar un cincel de albañil y un martillo, marcando una línea de corte alrededor del bloque y golpeando firmemente hasta que se parta, o utilizar una amoladora angular con un disco de diamante para un corte más limpio.

Refuerzo y acabado del muro

El último paso es asegurar que el muro pueda soportar las presiones del terreno que contiene y darle un acabado estético y protector.

Relleno y drenaje

A medida que construyes las hileras, es buena idea ir rellenando el espacio detrás del muro. Justo detrás de los bloques, coloca una capa de grava de al menos 30 cm de ancho. Esto crea una zona de drenaje vertical que evita que la presión hidrostática (la fuerza del agua acumulada en el suelo) empuje y dañe el muro. Para muros de contención más altos, considera instalar un tubo de drenaje perforado en la base, detrás de la primera hilada, para evacuar el agua de manera eficiente. El resto del espacio puede rellenarse con la tierra excavada, compactándola en capas de 15-20 cm.

Aplicación de cemento de adhesión superficial

Para una mayor resistencia, especialmente si no estás usando bloques interconectados, puedes aplicar un cemento de adhesión superficial. Este es un producto a base de cemento, reforzado con fibra de vidrio, que se aplica como una capa delgada sobre ambas caras del muro. Al secarse, crea una "piel" estructural que une todos los bloques, proporcionando una resistencia a la tracción y al corte similar a la de un muro con mortero tradicional. Simplemente mezcla el producto con agua según las instrucciones del fabricante y aplícalo con una llana sobre la superficie previamente humedecida del muro.

Colocación de la tapa o remate

Para un acabado profesional y para proteger el interior de los bloques de la lluvia, finaliza el muro con bloques de remate o tapas (capstones). Estas piezas son planas y suelen ser ligeramente más anchas que los bloques del muro, creando un pequeño voladizo. Se fijan en su lugar utilizando un adhesivo de construcción para mampostería, aplicado en forma de zigzag sobre la última hilada de bloques antes de asentar las tapas firmemente.

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