Guía completa para la cría de canarios en casa

Preparativos esenciales para una cría exitosa

La cría de canarios es un proceso fascinante que comienza mucho antes de juntar a la pareja. Una preparación adecuada es la clave para asegurar la salud de los reproductores y la viabilidad de los polluelos. Este proceso, conocido como acondicionamiento, debe iniciarse a finales del invierno para que las aves estén en su punto óptimo al llegar la primavera.

Selección de la pareja reproductora

El primer paso es elegir a los canarios adecuados. No basta con juntar un macho y una hembra; ambos deben ser ejemplares sanos, fuertes y compatibles. A continuación, se detallan los aspectos a considerar:

  • Edad: Los canarios deben tener al menos 10-12 meses de edad. Las aves demasiado jóvenes o demasiado viejas pueden tener problemas de fertilidad o dificultades durante la cría.
  • Salud: Selecciona pájaros activos, con el plumaje liso, brillante y completo. Sus ojos deben ser vivaces y limpios, y la zona de la cloaca no debe presentar suciedad. Un canario apático, con las plumas ahuecadas, no es un buen candidato para la cría.
  • Genética: Si buscas criar canarios de un color o canto específico, es fundamental conocer la genética de los progenitores para prever las características de la descendencia.

Acondicionamiento de los reproductores

Una vez seleccionada la pareja, es hora de prepararlos para el ciclo reproductivo. Este período se centra en la alimentación y la exposición a la luz.

La dieta debe enriquecerse gradualmente. Además de su mixtura de semillas habitual, es imprescindible introducir una pasta de cría de buena calidad. Este alimento es rico en proteínas, vitaminas y minerales, esenciales para la formación de los huevos y el futuro desarrollo de los pichones. También se pueden ofrecer pequeñas porciones de brócoli, huevo duro cocido o semillas germinadas para complementar su nutrición. No debe faltar nunca un hueso de jibia o grit para un aporte constante de calcio.

Paralelamente, se debe aumentar progresivamente las horas de luz diarias. Esto simula la llegada de la primavera y activa el instinto reproductor. Se puede aumentar la exposición a la luz en unos 15-30 minutos cada semana hasta alcanzar un total de 13 a 14 horas de luz diarias. Este fotoperiodo estimula hormonalmente tanto al macho como a la hembra.

Creando el ambiente ideal para la cría

El entorno juega un papel crucial. Un espacio inadecuado puede generar estrés y provocar el abandono del nido. Es vital proporcionar una jaula apropiada y los materiales necesarios para que la hembra se sienta segura para anidar.

La jaula de cría y su ubicación

Lo ideal es utilizar una jaula de cría, que suele ser más espaciosa que una jaula individual y cuenta con un separador opaco o de rejilla. Inicialmente, se coloca al macho en un lado y a la hembra en el otro, usando el separador de rejilla. Esto permite que se vean y escuchen, fomentando el cortejo sin que puedan pelearse. La jaula debe ubicarse en un lugar tranquilo, bien iluminado pero sin sol directo, y libre de corrientes de aire.

El nido y los materiales

En el lado de la jaula de la hembra, se debe colocar un nido. Existen nidos internos y externos; los externos suelen ser más prácticos para revisar los huevos y los polluelos sin molestar demasiado a la madre. Dentro del nido se pone una base de fieltro y se proporciona a la hembra material para que lo construya a su gusto. Los materiales más recomendados son la fibra de yute, el pelo de cabra o el algodón especial para nidos. Es muy importante evitar hilos finos o materiales que puedan enredarse en las patas de los pájaros.

El proceso de apareamiento

Sabrás que la pareja está lista para juntarse cuando observes ciertas señales. El macho cantará de forma potente y constante, a menudo "bailando" en el palo cerca de la hembra. Por su parte, la hembra responderá con piídos, adoptará una posición agachada y, lo más importante, comenzará a construir el nido con esmero. Cuando veas que la hembra lleva material al nido y le da forma, es el momento de quitar el separador. Es normal que haya pequeñas disputas al principio, pero si la agresión es severa, deberás separarlos de nuevo e intentarlo pasados unos días.

Del huevo al polluelo: cuidando la nidada

Una vez que la pareja se ha aceptado y el nido está listo, comienza la fase de la puesta y la incubación. Esta etapa requiere paciencia y mínima intervención para no estresar a los progenitores.

La puesta de los huevos

La hembra suele poner un huevo cada día, normalmente a primera hora de la mañana, hasta completar una nidada de entre 4 y 6 huevos. Para asegurar que todos los polluelos nazcan al mismo tiempo y tengan las mismas oportunidades de sobrevivir, muchos criadores practican la sustitución de huevos. Consiste en retirar cada huevo recién puesto y reemplazarlo por uno de plástico. Los huevos reales se guardan en un recipiente con algodón o alpiste, a temperatura ambiente, y se giran una vez al día. Cuando la hembra pone el último huevo, se retiran los de plástico y se le devuelven todos los reales juntos para que comience la incubación de forma simultánea.

Incubación y cuidados

La incubación dura aproximadamente 13 o 14 días. Durante este tiempo, la hembra permanecerá la mayor parte del día en el nido. El macho suele encargarse de alimentarla para que ella no tenga que abandonar la nidada. Es fundamental no molestar a la pareja. Las revisiones deben ser rápidas y silenciosas. A partir del sexto o séptimo día de incubación, se puede realizar una ovoscopia para comprobar si los huevos son fértiles. Utilizando una pequeña linterna en una habitación oscura, se ilumina el huevo: si se observan venas rojas en su interior, está fecundado; si permanece claro y amarillento, es infértil y puede retirarse.

Los primeros días de vida: alimentación y desarrollo

La eclosión de los polluelos es un momento emocionante, pero también el inicio de una fase crítica que requiere atención y cuidados específicos, sobre todo en lo que respecta a la alimentación.

Alimentación de los pichones

Tras la eclosión, los padres comenzarán a alimentar a sus crías. La base de su dieta será la pasta de cría que les hemos estado proporcionando. Es vital que durante todo el período de ceba de los pichones, los padres tengan a su disposición abundante pasta de cría fresca (cambiada a diario), agua limpia y su mixtura de semillas. La falta de alimento puede llevar a los padres a abandonar a los polluelos o a no alimentarlos correctamente. Los primeros días, los padres regurgitan una papilla predigerida para los pequeños.

Desarrollo y anillamiento

Los polluelos nacen ciegos y sin plumas. Su crecimiento es increíblemente rápido. Alrededor del sexto o séptimo día de vida es el momento ideal para el anillamiento. Consiste en colocar una anilla federativa en una de sus patas. Esta anilla contiene información como el año de nacimiento, el número de criador y un número de serie, sirviendo como un "DNI" para el ave durante toda su vida. Pasada esta edad, la pata crece demasiado y ya no es posible colocar la anilla.

El destete y la independencia

Los pichones comenzarán a asomarse fuera del nido sobre las tres semanas de vida. Poco después, saltarán y empezarán a explorar la jaula. Aunque ya estén fuera, los padres (principalmente el macho, si la hembra inicia una segunda puesta) seguirán alimentándolos durante unas dos o tres semanas más. Durante este tiempo, los jóvenes aprenderán a picotear las semillas y la pasta por imitación. Una vez que se observe que comen solos de forma constante y son completamente independientes, pueden ser trasladados a una jaula voladera junto a otros jóvenes para que se ejerciten y fortalezcan.

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